Vas a la verdulería a comprar un kilo de tomates para preparar una rica ensalada para el almuerzo familiar. Te parás frente a la caja de este fruto rojo intenso y, al tomar uno que creés sabroso y saludable, encontrás una mancha negra en su “lado oculto”. Lo dejás y tomás el que está al lado, y sentís que su textura es débil y su piel fina. Tomás otra hortaliza, y ves pequeños pelitos desprenderse de su capa exterior.
¿Qué es todo esto?
Sí, estás en lo cierto.
Se trata de presencia de hongos en la verdura.
Y no basta con quitar dichas manifestaciones extrañas, pues, posiblemente, el tomate esté infestado en su totalidad. Sin embargo, los ojos solo ven una parte microscópica de la toxina que está afectando al alimento que, con toda ilusión, se convertiría en la ensalada perfecta.
Decidís no comprar nada, y buscar una verdulería con mejor calidad de hortalizas.
Ahora bien, ¿Qué pasa si, en vez de tratarse de solo un cajón de tomates, hablamos de un depósito entero de productos invadidos por hongos? La ecuación cambia, ¿verdad?
Si bien, los hongos son amigos de la naturaleza, muchos de ellos resultan indispensables para el desarrollo de la vida sobre la Tierra. Sin embargo, existen especies de hongos que pueden ser peligrosos para la salud humana y animal. ¿Cómo es esto posible? Fácil, se trata de agentes patógenos de diferentes especies y de diversos grupos biológicos que pueden generar una gran variedad de compuestos tóxicos negativos para la salud. Tanto es así que, en algunos casos, pueden resultan mortales.
Una de las toxinas más populares son las denominadas micotoxinas y son producidas por mohos. Estas toxinas, como sustancia venenosa, contaminan los alimentos transformándolos en peligrosos para los organismos. Su sola presencia provoca, entre otras cosas, aumento de tratamientos médicos y veterinarios, así como la eliminación de alimentos de las góndolas por presentar contaminación. Esto, sin dudas, va acompañado de pérdidas económicas y de producción, ya sea en la etapa agrícola o en la etapa de procesamiento.
Vamos a conocer un poco más sobre las micotoxinas.
Las micotoxinas son toxinas naturales producidas por algunas especies de hongos. También se las define como compuestos tóxicos que han sido sintetizados por algún tipo de moho, capaces de contaminar los alimentos. Estos metabolitos tóxicos crecen durante la producción, la cosecha, el almacenamiento y el transporte; y aparecen con mayor frecuencia en cereales, frutos secos, legumbres, tubérculos, frutas.
Son tan pequeñas que, el ojo humano no puede detectarla a simple vista. Además, estas toxinas se presentan sin alterar el sabor de los alimentos ni mucho menos dando señales de su presencia. Salvo, claro está, cuando el color del alimento cambia, tornándose negro y con aspecto viscoso y desagradable.
Según los científicos de la Universidad de México, la presencia de las micotoxinas pasan desapercibidas a los sentidos humanos. Por ello, un buen control durante el proceso de producción, fabricación, almacenamiento y transporte resulta fundamental para evitar situaciones desfavorables para la salud humana y animal. Además, una producción contaminada también implica una gran pérdida económica para la industria, y no queremos que eso ocurra.
Sabemos que el desafío de la industria alimentaria es la detección temprana de las micotoxinas. La ciencia médica asegura que, una falla en su identificación puede provocar peligros notables en la salud del organismo que consuma un alimento contaminado. Pues, el moho es solo una parte visible de esta sustancia química natural que, fácilmente, puede estar creciendo en un alimento sin que los ojos puedan percibirlo. Por lo que, la industria debe comprometerse en su rápida identificación.
Ahora bien, para lograr un control real de los alimentos que se producen a gran escala y que se almacenan en frigoríficos o en depósitos, resulta indispensable contar con equipos y tecnología de confianza. Nos referimos a instrumentos capaces de identificar con precisión milimétrica no solo los entornos donde podrían desarrollarse el moho y las micotoxinas; sino también, los alimentos contaminados que podrían afectar al resto. En otras palabras, se requiere de instrumentos de precisión y/o kits para identificar microtoxinas durante las etapas más críticas de todo el proceso de producción: el almacenamiento de materias primas o de productos finales; así como su traslado en cajas, paquetes y vehículos.
Sin embargo, los alimentos que más pueden sufrir de micotoxinas son los que se encuentran en dos situaciones particulares:
El modo más correcto para controlar las micotoxinas es el desarrollar una política de detección precisa y meticulosa. Si bien, dar con ellas es una tarea compleja, no es imposible. Su detección y prevención requiere de responsabilidad y, sobre todo, de equipos y tecnología adecuada.
En Rodin S.R.L. podrás encontrar pruebas rápidas para la detección de micotoxinas. Uno de los métodos que recomendamos y que mejor resultado tiene ante la detección de micotoxinas son los kits de pruebas cualitativas y cuantitativas NEOGEN (Veratox, Reveal Q+, Reveal Q+Max). Estas pruebas para la detección rápida de micotoxinas son las más utilizadas para la identificación rápida y precisa de estas toxinas peligrosas para la salud humana y animal. Asimismo, son fáciles de interpretar y brindan datos analíticos específicos.
Sin dudas, las pruebas de micotoxinas de NEOGEN son las que garantizan mayor efectividad y precisión ante estas sustancias producidas por hongos. Durante los últimos años se han presentado como verdaderas soluciones para mejorar la calidad de los granos, el alimento y la cadena alimentaria a nivel mundial. En Rodin S.R.L. no solo tenemos a disposición los kits de pruebas NEOGEN, sino que, además, ofrecemos el asesoramiento de nuestro equipo de profesionales para que logres un correcto procedimiento de prueba. Te esperamos, también, en nuestra tienda online para que encuentres las mejores soluciones, y a tu alcance.
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